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Parece que todo el mundo tiene claro en que consiste la depresión. Sin embargo, suelo ver muchas dudas en la persona deprimida y sobre todo en sus seres queridos. ¿Qué es la depresión exactamente? ¿Es lo mismo depresión y estar triste? ¿Tiene tratamiento? ¿Podré curarme? ¿Esto será para siempre?. En definitiva, la depresión es una enfermedad que genera mucha incertidumbre y malestar a la persona, amigos y familiares.
Nos gustaría poder ayudarte a resolver algunas dudas, por eso vamos a continuación a dejar alguna información general. Pero si piensas que puedes estar pasando por un mal momento y piensas que estas deprimido, te animo a que consultes con un especialista en salud mental. Nosotros estaremos encantados de recibirte, conocerte y escuchar tu situación. Intentaremos ayudarte en todo momento.
La depresión es una de las enfermedades psicológicas más frecuentes en la actualidad. Además, interfiere en las actividades como por ejemplo no salir de casa, falta de energía, no querer ver a sus seres queridos, etc… afectando a la vida diaria de la persona .
Afortunadamente los psiquiatras podemos orientar y ayudar a superar la depresión.
La depresión no tiene que ser vista como un signo de debilidad. No es algo de lo que puedas simplemente “salir”. Es una enfermedad como puede ser la hipertensión o la diabetes, por lo que requiere de una ayuda profesional en salud mental. Además, puede ser provocada por una enfermedad médica como por ejemplo una patología tiroidea o un problema hormonal que pueda pasar desapercibida. Por eso suelo recomendar, antes de orientar la causa de origen psicológico, un estudio médico completo y de calidad. Posteriormente habrá que planificar un tratamiento individualizado, dependiendo de cada situación personal.
Muchas veces podemos no ser conscientes de que estamos deprimidos. Intentamos ajustarnos a nuestro estado de ánimo e intentar funcionar con normalidad pero la depresión no nos lo permite y desfallecemos. Por eso es muy importante tomar consciencia de nuestro estado real y centrarnos en buscar una ayuda posible y que nos merecemos.
A continuación aparece una lista con síntomas de manera orientativa para saber si necesitas pedir ayuda. Cada caso debe ser evaluado por un psiquiatra y de nada sirve el autodiagnóstico. Si tienes dudas te recomiendo que consultes con tu especialista de confianza.
Habitualmente, las personas deprimidas no saben cual es la razón de su malestar. Esta situación hace que se sientan más confusas y a la vez sentirse culpables o frustrados. Esto es normal, ya que no existe una causa común de depresión, sino que la causa puede ser debido a la combinación de varios factores:
Una enfermedad orgánica puede debutar con síntomas depresivos. Un fallo hormonal, una enfermedad cardiovascular, o una patología tiroidea, pueden afectar a la psique de la persona y desencadenar síntomas afectivos, simulando un cuadro de depresión. Por eso debemos realizar un estudio médico completo para descartar cualquier enfermedad médica.
Muchas personas deprimidas suelen presentar desequilibrios en neurotransmisores cerebrales como la serotonina, noradrenalina y dopamina. Algunos fármacos logran equilibrar estos neurotransmisores mejorando la depresión.
Frecuentemente, las personas con tendencia a la excesiva preocupación o con baja autoestima, suelen ser más propensas a desarrollar depresión. Por eso, tras mejorar la depresión, debemos de realizar un trabajo con un enfoque psicoterapéutico para mejorar los esquemas negativos que esa persona tiene sobre si misma.
Existe un mayor riesgo de desarrollar depresión en aquellas personas con antecedentes familiares de depresión. Es importante conocer la historia familiar de cada persona.
La tristeza es una emoción humana que todos los seres humanos podemos presentar en algunos momentos de nuestras vidas. Estar triste es una reacción natural que puede ocurrir ante situaciones que causan dolor. La tristeza es una emoción que suele ser temporal y de duración corta.
La depresión, sin embargo, es una dolencia mental que sin un tratamiento adecuado puede cronificarse en el tiempo y durar meses, incluso años. La calidad de vida de la persona que sufre depresión se ve dañada a nivel personal, familiar, laboral y social limitando la funcionalidad en su día a día.
Si piensas que estas sufriendo depresión:
Lo primero que debes sabes es que no estas solo. Te aconsejo que consultes con un profesional sanitario en salud mental. Pedir ayuda es un acto humano y un signo de valentía. Somos seres sociales y todos nosotros necesitamos ayuda en algún momento de nuestras vidas. Pedir ayuda muchas veces es necesario y un acto natural.
Si piensas que un ser querido esta sufriendo depresión:
Es importante que se sienta acompañado y apoyado. Entienda que esta pasando por un mal momento y si esta irritado o diferente no es nada contra su persona. Generalmente, las personas deprimidas suelen sentirse incomprendidas y desorientadas.
Sabemos que las personas con depresión suelen estar desorientadas y generalmente no saben donde acudir. La depresión desmotiva, frustra y agota la energía de la persona. En nuestra consulta el primer paso es trabajar conjuntamente y conocer cual es la posible causa de la depresión.
Podemos realizar un estudio médico completo para descartar cualquier patología que debute con síntomas afectivos. Una vez descartada, nos centraremos en tratar la depresión ajustándonos a las necesidades de cada persona. En algunos casos podremos aconsejar iniciar tratamiento con antidepresivos, dependiendo de la intensidad de los síntomas y de las necesidades individuales.
Sabemos que suele resultar difícil empezar un tratamiento antidepresivo cuando un profesional de la salud lo recomienda. Esto es debido al estigma y al desconocimiento que clásicamente le ha acompañado a este tipo de medicación. “¿Cambiará mi personalidad?”, “¿Engorda?”, “¿Me enganchará?” “¿Voy a ir todo el día dopada o dormida?”. Son preguntas que suelo escuchar a muchas personas en consulta.
Bajo mi punto de vista, considero que los antidepresivos pueden ayudar a muchas personas. Pero no en todos los casos. Únicamente serán efectivos en aquellos casos que esté indicado y esto dependerá generalmente de la intensidad de los síntomas y de la situación global de cada persona.
Aunque el nombre del fármaco parezca que solo esté indicado en los casos de depresión, la verdad es que son efectivos para muchos otras dolencias como el insomnio, la ansiedad, obsesiones, etc…siendo más seguros y mejor tolerados que otros fármacos como el diazepam, tranquimazin o lorazepam por ejemplo.
La clave, como en la mayoría de casos, es seleccionar el fármaco ideal a la situación global de cada persona, respondiendo a todas las dudas que vayan surgiendo antes y durante la duración del tratamiento. El tratamiento debe ser como un traje a medida, tiene que ser cómodo de llevar y aportar beneficios a la persona.
Por eso, en nuestra consulta seleccionamos cuidadosamente cada fármaco, teniendo en cuenta la situación global de cada persona.
Por ejemplo, si una persona presenta una depresión con insomnio y pérdida de apetito y de peso, podríamos plantear iniciar un antidepresivo que aumente el ánimo y a la vez ayude a descansar por la noche y aumente el apetito. O si por el contrario, la persona sufre de un cuadro ansioso-depresivo con atracones alimenticios frecuentes a causa de la ansiedad, seleccionaremos el antidepresivo que disminuya la ansiedad y estabilice tanto el apetito como el peso. La mediación tiene que ajustarse a nuestras características, no nosotros a la medicación.
A continuación, resuelvo las preguntas más frecuentes que suelo escuchar en consulta. Pero como ya digo, se tiene que tomar de manera orientativa, cada persona es un mundo. Si podemos ayudarte en alguna cuestión más personal sobre tu tratamiento, no dudes en contactar con nosotros. Estaremos encantados de atenderte.
Generalmente suelen empezar a hacer efecto a partir de las 4 a 6 semanas, aunque algunas personas pueden mejorar a partir de la tercera semana de tratamiento. La mayoría de los antidepresivos suele tomarse todos los días para que alcancen el objetivo deseado.
Habitualmente se tomará por la mañana aquellos antidepresivos que tengan un perfil activador, por ejemplo para personas que sufran depresión con falta de energía y que les cueste levantarse de la cama o salir de casa, falta de concentración… Y reservaremos de cara a la noche aquellos que pueden inducir el sueño, para aquellas personas que tengas asociado insomnio a su estado de ánimo deprimido. Como comento anteriormente, debemos ajustar siempre el tratamiento a la situación personal de cada uno.
Una de las preguntas mas frecuentes en consulta es: “¿si ya estoy bien, porque no quitamos la medicación?”. Una vez se ha alcanzado la mejoría completa, habitualmente tenemos que mantener el tratamiento durante al menos 6 meses para reducir al máximo el riesgo de recaída. Una vez pasado el periodo de seguridad de 6 meses, podremos reducir paulatinamente el tratamiento, haciendo un seguimiento estrecho para dar la máxima garantía de estabilidad.
No. No hay ningún tratamiento antidepresivo que produzca adicción. De hecho pueden ayudar a personas que tienen otros tipos de adicción como al tabaco o al alcohol. Lo que si que puede ocurrir en algunas personas que suspenden la medicación y que estén tomando dosis elevadas, es el síndrome de retirada, sintiendo síntomas como mareos o ansiedad y un mayor riesgo de recaída de su situación previa. Esto puede ocurrir con muchos otros tratamientos, no únicamente con los antidepresivos. Por eso debemos retirar siempre cualquier medicación de manera paulatina y bajo supervisión médica.
Los antidepresivos son fármacos seguros y bien tolerados. Si aparecen efectos secundarios suelen ser de carácter leve y que cesan inmediatamente al retirar la medicación. El efecto secundario más frecuente es la sensación de tener el estómago revuelto y generalmente suele ceder a los 3 días. En nuestra experiencia, esta sensación no suele aparecer cuando hacemos un ajuste paulatino y supervisada de la mediación.
Cada antidepresivo es un mundo. Como explicaba anteriormente, existen antidepresivos que abren el apetito y otros que lo estabilizan y pueden ayudar a reducir el peso. A la vez que existen antidepresivos que pueden ayudar a dormir y descansar por la noche y otros que ayudan a activarnos y poder salir de la cama y de casa. El uso inteligente de los antidepresivos, es aprovechar el perfil de cada uno y seleccionarlo según las peculiaridades intrínsecas de cada persona.
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