A lo largo de la vida, todos tenemos unos periodos de mejor o peor humor. Somos seres humanos y nuestras emociones y sentimientos pueden ir variando según las circunstancias externas. Aprobar un examen importante puede ponernos eufóricos, una mala noticia puede ponernos tristes, que nos suceda algo que no nos guste puede enfadarnos por un instante.
Sin embargo, las personas que están afectas de Trastorno Bipolar pueden pasar de estar muy tristes y deprimidas a estar muy felices, eufóricas o muy irritables sin motivo.
Esta situación suele confundir a la persona y a sus seres queridos, sufriendo periódicamente unos cambios repentinos en su estado de ánimo y las consecuencias que esto conlleva.
Si piensas que puedes presentar un Trastorno Bipolar o conoces a alguien que pueda presentarlo, te animamos a que consultes con un psiquiatra. Nosotros estaremos encantados de poder ayudarte.
Las personas que presentan un trastorno bipolar, suelen presentar oscilaciones periódicas de su estado de ánimo a las que llamaremos fases. Estas pueden ser fases depresivas o fases maniacas. Cuando presentan una fase depresiva, suelen experimentar síntomas típicos de un cuadro depresivo, con profunda tristeza, desánimo e irritabilidad, además de incapacidad de experimentar placer por las aficiones que habitualmente realiza.
Por otro lado, durante las fases de manía, suele aparecer una energía y motivación desorbitada, euforia, necesidad de realizar muchas actividades que difícilmente se llegan a terminar, algunas incluso pueden ser peligrosas para la persona (escalada, conducir a gran velocidad, etc…) con dificultad de concentrarse y de dormir unas horas adecuadas.
Es frecuente que a las personas afectas con trastorno bipolar les tome por sorpresa cuando les comunican el diagnóstico. Generalmente cuando se encuentran en una fase de manía suelen oponerse a recibir ayuda profesional, ya que suelen sentirse “como en el mejor momento de su vida”.
En consulta veo que esto suele afectar tanto a la persona como a sus seres queridos al no saber como ayudarle. En estos casos mi recomendación es que acudan a una consulta de psiquiatría. Es importante recibir una ayuda y asesoramiento profesional e individualizado.
Si piensas que puedes estar pasando por un mal momento y te sientes identificado, te animamos a que consultes con nosotros. Intentaremos orientarte y apoyarte en todo momento.
Habitualmente, las personas con cambios en el estado del ánimo no saben cual es la razón de su malestar. Esta situación hace que se sientan más confusas y a la vez sentirse culpables o frustrados. Esto es normal, ya que no existe una causa común, sino que la causa puede ser debido a la combinación de varios factores:
Una enfermedad orgánica puede debutar con síntomas depresivos o maniacos. Un fallo hormonal, una enfermedad cardiovascular, o una patología tiroidea, pueden afectar a la psique de la persona y desencadenar síntomas afectivos, simulando un cuadro de depresión o de manÍa. Por eso debemos realizar un estudio médico completo para descartar cualquier enfermedad médica.
Muchas personas con cambios anímicas suelen presentar desequilibrios en neurotransmisores cerebrales como la serotonina, noradrenalina y dopamina. Algunos fármacos logran equilibrar estos neurotransmisores estabilizando los síntomas y pudiendo llevar una vida completamente normal. En estos casos los estabilizadores del ánimo son de gran ayuda.
Existe un mayor riesgo de desarrollar depresión en aquellas personas con antecedentes familiares de depresión. Es importante conocer la historia familiar de cada persona.
Existen dos tipos de trastorno bipolar. El Trastorno bipolar tipo I donde se alternan periodos de fases depresivas con fases maníacas. Mientras que en el trastorno bipolar tipo II se alternan fases depresivas con fases hipomaniacas.
La diferencia entre una fase maníaca respecto a la hipomaniaca depende de la intensidad de los síntomas, siendo habitualmente más intensos y graves en los casos de manía.
Si. Las personas afectas de Trastorno Bipolar pueden presentar síntomas psicóticos. Son más frecuentes en aquellas personas afectas de Trastorno Bipolar tipo I y suelen ser congruentes con su estado de ánimo.
Durante un episodio maniaco pueden aparecer ideas delirantes de tipo místico religioso como por ejemplo que la persona crea que es el enviado de Dios o que ha venido al mundo a cumplir una misión divina. También pueden presentar delirios de tipo megalomaniaco, como por ejemplo creer que tiene cualidades sobrenaturales como hablar cientos de idiomas o ser una persona importante.
Durante la fase depresiva suele ser la misma persona quien se da cuenta de que se encuentra mal. Tiene sentimientos de tristeza, falta de energía, les cuesta salir de casa y son ellos mismos quienes suelen pedir ayuda.
Sin embargo, durante una recaída en fase maniaca o hipomaniaca, la persona afecta suele experimentar que está “en el mejor momento de su vida”, siendo difícil que se den cuenta en ese momento de que estén virando a una fase maniaca.
Los síntomas de alarma más frecuentes durante una fase maniaca suelen ser:
– Notar que empiezo a dormir menos horas y que me levanto con mucha energía.
– Tener muchas ganas de hacer cosas y pasar de una tarea a otra.
– Las ideas y mi habla van más rápido de lo normal.
– Estoy más alegre de lo habitual y mis seres queridos están preocupados por mi.
Sabemos que las personas afectas de trastorno bipolar suelen ser reticentes a consultar con un especialista y más aún a iniciar un tratamiento. Por un lado quieren poder “salir ellos solos” de su estado de ánimo y por otro tienen muchas dudas y a veces el sufrimiento les puede sobrepasar. Si es tu situación y te sientes identificado, te recomiendo que conciertes por lo menos una primera sesión con un profesional en salud mental y que plantees todas las dudas que tengas sobre tu situación personal.
El obtener información profesional y el autoconocimiento puede ser un primer paso muy importante para ti. Si podemos ayudarte en alguna cosa, te invito a que contactes con nosotros y te brindaremos todo el apoyo y la información que necesites. Te esperamos.
A continuación dejo una serie de preguntas frecuentes que suelen presentarse en consulta. Hay que tenerlas en cuenta de manera orientativa, ya que cada situación personal puede ser diferente.
Existen diferentes estrategias para garantizar que las personas que sufren trastorno bipolar puedan llevar una vida normalizada (tener un trabajo, estudiar, viajar, casarse y tener hijos…).
Por un lado, es importante mantener un estilo de vida saludable, esto es tener un ciclo regular del sueño y que sea reparador, realizar ejercicio físico moderado y periódico, evitar el consumo de sustancias tóxicas como alcohol u otras drogas, una buena alimentación saludable, etc…Pero en algunos casos, estas recomendaciones pueden quedarse cortas y necesitamos de una ayuda extra.
Existe medicación que ayuda de manera muy eficaz a mantener estos patrones saludables, al actuar de forma precisa en determinados receptores neuronales. Esto favorece la estabilización del estado anímico, ayudando a que la persona afecta pueda tener una adecuada funcionalidad en su día a día.
Entre todos los medicamentos, los estabilizadores del ánimo son los fármacos más idóneos para tratar el trastorno bipolar. Además, pueden plantearse otros tratamientos como antidepresivos, antipsicóticos, ansiolíticos, etc…atendiendo a las necesidades clínicas y personales de cada momento.
Los estabilizadores del ánimo son fármacos que tienen como objetivo estabilizar el estado de ánimo en las personas afectas de Trastorno Bipolar, aunque también podemos pautarlos en otros trastornos del ánimo.
El valproato y el litio, son los estabilizadores del ánimo más utilizados para el trastorno bipolar. Es importante realizar analíticas sanguíneas periódicas para asegurarnos de que los niveles en sangre se encuentran en rango terapéutico.
Uno de los posibles tratamientos cuando la persona con trastorno bipolar se encuentra en una fase depresiva, es introducir un antidepresivo. Es importante seleccionar el antidepresivo adecuado según el perfil clínico de la persona, ya que existe la posibilidad de que el antidepresivo conlleve a un estado de manía.
En estos casos nosotros siempre apostamos por hacer un seguimiento periódico y continuo hasta conseguir la estabilización del estado de ánimo de la persona.
Sabemos que el trastorno bipolar es una enfermedad crónica con fluctuaciones del estado del ánimo y que la persona que lo padece puede plantearse en algún momento abandonar la medicación.
Nosotros recomendamos que antes de hacer cualquier cambio del tratamiento, y más aun algo tan importante como suspenderla, consultar siempre con tu terapeuta de confianza. La consulta es un espacio de escucha donde deben salir todas las preguntas que tengas.
Nos gusta hablar más que de enfermedad crónica de una condición, en la que la persona si adopta una serie de hábitos de vida saludables, posee conocimientos sobre su proceso, identifica síntomas tempranos, toma la medicación cuando es necesaria y sabe a quien pedir ayuda cuando lo necesita, puede estabilizar los síntomas y llevar una vida normalizada.
En el momento de que algunos de estos factores fallen puede llevar a una descompensación anímica y a una sensación de “no tener cura”.
Si. Las personas afectas de un Trastorno Bipolar pueden estudiar, trabajar, casarse, viajar, formar una familia, etc…
Para ello es importante que mantenga una serie de hábitos saludables, tener conciencia y conocer en que consiste su patología, identificar los signos de alarma para subsanarlos rápidamente y cumplimentar adecuadamente el tratamiento cuando sea necesario, el mantenimiento de estos factores ayudan a que la persona pueda llevar una vida completamente normalizada.
Si. Estar diagnosticada de Trastorno Bipolar no impide ser madre.
Es importante que ante la búsqueda de quedarte embarazada se lo comuniques a tu psiquiatra de referencia para poder ir planificando conjuntamente la maternidad. Existen algunos fármacos que habrá que suspender temporalmente y habrá que realizar un seguimiento estrecho durante todo el embarazo con el objetivo de mantener la estabilidad anímica.
